Poesía y encuentro. Parte II

9 junio

Quedó el asombro y el goce en el mirar durante las siguientes actividades, como versan unas líneas de En medio de la tormenta de Concha García:

Si la luz tuviese/ la armonía de las farolas / que permanecen.

Durante la tarde del día 9 de junio, antes del estreno en Puente Genil de la obra de teatro En tierra de George Brant dirigida por Sigfrid Monleón e Isabelle Stoffel, la Asociación Cultural Poética organizó una agradable merienda artístico-poética, en la que la Federación Local de Asociación de Mujeres (FLAM) junto al Club de lectura de mujeres no sólo compartieron experiencias, conversaciones, anécdotas, sino que se animaron a representaron algún breve papel o poemas. Recitaron poetas Juan de Dios García, Antonio Roa, Gema Albornoz y, sino que Adriana Manuela Ruiz Gómez compartió, brevemente, su experiencia como artista. Entre los asistentes estaban presentes Sigfrid Monleón y Miren Iza.

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Plano general de merienda FLAM, Club de Lectura de Mujeres y Asociación Cultural Poética

Conocí un poco más de cerca a Inés Gutiérrez y Virginia Berral, Presidenta de la FLAM y Vicepresidenta, respectivamente; a quienes pude entrevistar para saber más acerca de sus actividades y proyectos.

Inés, ¿qué habéis encontrado en la Asociación Cultural Poética?

La verdad, es que nunca he asistido a un evento de Poética, pero debido a la temática de este VI Encuentro, Antonio Roa se puso en contacto conmigo y lo vi una idea fabulosa, por integrar un poco a todas las asociaciones que pertenecen a la FLAM. Es una unión cultural muy adecuada, digamos. Otro ámbito que no sólo engloba a las asociaciones de mujeres, o las actividades que siempre hacen, diferente e interesante.

Virginia, cuéntame sobre quiénes componéis la FLAM y acerca vuestras actividades.

En principio, la FLAM se compone de nueve asociaciones de diferentes puntos del pueblo e incluyendo a las aldeas, por ejemplo. Entre ellas hay algunas que se dedican a hacer unas actividades y otras se dedican a hacer otras. Depende un poco del funcionamiento que tienen. Hay algunas que se dedican a pintar, otras al teatro. Hacen, normalmente, muchísimos encuentros, clases y cursos comunes. El caso es que haya una forma de relacionarse a nivel de distintos sectores del pueblo en los que confluyen todos los que se reúnen, hacen actividades culturales: obras de teatro, por ejemplo. Colectivos que se dedican a fomentar la parte musical del pueblo; es una forma de relación. Son muchísimas mujeres que de otra forma no tendrían contacto o no compartirían este tipo de eventos.

El caso es que haya una forma de relacionarse a nivel de distintos sectores del pueblo en los que confluyen todos los que se reúnen (…)

¿Qué planes hay para el futuro?

Virginia: Crecer, crecer mucho, que haya muchos más puntos de conexión, más actividades, sobre todo a nivel cultural, que quizás en estos colectivos donde hay mujeres más mayores, que no han tenido oportunidad de hacer unos estudios, es una forma de enriquecerse culturalmente. Montar todo este tipo de eventos y proyectos culturales.

Inés: Añado…Con la intención de hacer actividades para atraer a los jóvenes. Como ha dicho Virginia la mayoría son mayores, y claro, puedes hacer una serie de actividades, pero los más jóvenes, quizás, necesitan otras alternativas desde otro punto de vista, ese es de alguna manera nuestro objetivo, también.

El VI Encuentro de la Asociación Cultural Poética con el lema: Poesía y feminismo: una estética de la diferencia, ¿qué pensáis del tema de este Encuentro?

Inés: Para nosotros la idea de encuentro siempre nos lleva a la reunión de los distintos colectivos, pero no deberían ser sólo de mujeres. Debería haber encuentros de igualdad: hombres y mujeres. Hoy día pocos hombres se atreven a este tipo de eventos. A mí, personalmente me gustaría un poco más de igualdad en ese aspecto.

Hoy día pocos hombres se atreven a este tipo de eventos. A mí, personalmente me gustaría un poco más de igualdad en ese aspecto.

Virginia: Creo que en el fondo es una forma de reunir opiniones y conceptos. Porque, evidentemente, hay personas más mayores, otras más jóvenes, en los que el concepto de igualdad o feminismo es muy diferente, quizás por la educación y por la cultura que han tenido. Son matices que a una persona mayor les puedes explicar: una postura feminista o qué es la igualdad real entre un hombre o una mujer. Porque al final, para mí el concepto está muy claro, pero hay gente que no lo acaba de entender. Para mí, la igualdad no es de hombre o mujer, es una igualdad de persona. Ese concepto es el que socialmente, a través de muchísimas opiniones, de explicar y de ver que realmente somos personas antes que hombres o mujeres. Ahí es donde el concepto social se iría gestando y con el tiempo llegaremos a una sociedad en la que realmente seamos todos iguales. Porque, ante todo, somos personas.

(…) llegaremos a una sociedad en la que realmente seamos todos iguales. Porque, ante todo, somos personas.

Poco después nos dirigimos al Teatro Circo donde Miren Iza y yo nos situamos a un lado del patio de butacas durante unos minutos. Le confesé que escuchaba su música, pero no imagina que algunas de sus canciones están en las listas de reproducción que escucho casi a diario.

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Focos Teatro Circo y cámara.

MIREN IZA

Cuando escribes, ¿prefieres la consciencia o la inconsciencia?

Un equilibrio entre las dos: sin la inconsciencia, a veces, se queda fría y sin la conciencia deja de ser algo universal.

¿Para qué sirve la música? ¿Para qué te sirve a ti?

Reivindico la inutilidad de la música. Al menos, intento evitar buscarle una parte útil, eso le resta cierta magia. (Podría decirse que ocurre algo parecido con la inutilidad de la belleza o el arte). Precisamente porque es inútil es grande y es valioso. Aunque yo lo vivo como algo inevitable. Unas veces, es una especie de maldición y otras veces, es una gracia, pero es inevitable en mí. Entonces es como que tengo que ir al abismo, pues tengo que ir, lo vivo de esa manera. En ocasiones, es un camino maravilloso y placentero; otras veces, es una losa, una lucha con tu propia creatividad, con tus demonios, con tus inseguridades. En muchas ocasiones, hay muchas espinas, pero es inevitable.

Reivindico la inutilidad de la música (…)  Precisamente porque es inútil es grande y es valioso.

¿Qué has hecho hasta ahora —musicalmente hablando— y qué te queda por hacer?

Mi ambición, que no es demasiada, es que la música sea un reflejo de mi vida, en parte. Si hay alguna evolución de mi vida, me acompañe la música. Que sea una especie de registro autobiográfico elaborado, claro y siempre al servicio de un oficio o artesanía como es hacer canciones. Que me acompañe siempre, como una especie de sombra, al lado que sea mi parcela musical.

Que me acompañe siempre, como una especie de sombra (…)

Ayer actuaste y hoy tu música pone enlace al guión teatral “En tierra” de George Brant dirigido por Sigfrid e Isabelle Stoffel, ¿cómo se produjo ese encuentro?

Son amigos. Partiendo de ahí, nos conocimos a través de Jonás Trueba, en una película que participamos que era Los exiliados románticos. Hemos mantenido el contacto y la amistad. Utilizaron una canción mía, que no la había compuesto para ellos ex profeso llamada En tu corazón solo hay sitio en los suburbios. En esta ocasión, sí que me encargó. Me gusta hacer cosas de encargo, porque me gusta ponerme en la cabeza de otra persona y ver qué necesidades puede tener. Es como un juego, un reto añadido. Es bonito hablar con una amiga de lo que nos está pidiendo en este caso, un monólogo diferente, en un formato diferente a lo que yo suelo estar acostumbrada. Eso me estimula y me divierte. Si es para una amiga, más que, además, hay amor.

¿Cómo estás viviendo este VI Encuentro de Poesía, Música. Poesía y Feminismo: una estética de la diferencia?

Estoy muy agradecida de que me hayan invitado. Vienes un poco a ciegas, no sabes, te montas en el tren y tiras. Siempre confías en que vaya a ser una experiencia, no sé qué decirte, si tierna, enriquecedora, lo está siendo todo a la vez. Mucha ilusión de compartir con tantas mujeres interés en lo que hacemos, ya sea el formato teatro, poesía o música. Y pensando un poco en la pregunta que me hacías antes de qué te queda por hacer en la música, sí que es verdad que si tuviera más éxito comercial este tipo de cosas me las perdería y aún sigo creyendo en la cosa pequeña: coger la guitarra. Un poco en plan trovadora e irme allá donde también va la poesía. En ese sentido estoy encontrándome con mi yo, formato fácil y pequeño —íntimo— y que compartes muy humanamente con las personas, lejos de la parafernalia festivalera.

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Público esperando la apertura de puertas del Teatro Circo para ver En Tierra.

Antes de darnos cuenta ya había público a puerta cerrada para ver la función, aunque aún faltaba un buen rato para comenzar.

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Postales presentación de EN TIERRA

Como ya he mencionado, en la noche del 9 de junio el Teatro Circo se estrenó En tierra de George Brant.  Dirigida por Sigfrid Monleón e Isabelle Stoffel. Interpretada, traducida y versionada por la actriz suiza con una escenografía de Silvia de Marta, vestuario de Laura Renau, iluminación de Pilar Velasco, espacio sonoro de Suso Saiz y canción de Tulsa; todas ellas, piezas que hacen que En tierra goce de un engranaje perfectamente calibrado.

La escena, un monólogo en el que Isabelle Stoffel realiza, un espléndido experimento de poesía sonora, amplificado con la ayuda de luces y esa experimentación del domino del spoken word por parte de la actriz, controlando los ritmos, el lenguaje y el hilo conductor de nuestro asombro como espectadores y protagonistas virtuales.

Veo sombras, ¡formas! Que descifrar, identificar, destruir. Cierro los ojos, los veo desde arriba. Me alejo con el zoom. Veo nuestra casa, ¡más lejos! Nuestra manzana, ¡más lejos! Nuestra ciudad, ¡más lejos! Nuestro…¡TODO! ¡Veo todo! Abro los ojos, estoy desnuda y tengo frío.  

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Escena de En Tierra con Isabelle Stoffel.

SIGFRID MONLEÓN

¿Cómo se inició el proyecto “En tierra”?

Isabelle Stoffel y yo vimos el estreno de la obra de George Brant en el festival de Edimburgo, donde presentamos un anterior montaje, la versión inglesa de La rendición, una obra basada en las memorias íntimas de Toni Bentley. Desde ese momento Isabelle quiso ponerla en escena en España. Ella ha hecho la traducción, produce e interpreta la obra. Es su empeño personal.

¿Qué trabajo hay detrás de esta obra que el espectador no ve?

Hay mucho trabajo previo sobre el texto, antes de los ensayos. La obra está concebida como un poema épico contemporáneo. Está escrita en verso, sin puntuación, en presente de indicativo, lo que no es el tiempo habitual de los monólogos, que suele ser el pretérito. Trabajamos mucho el ritmo: los encabalgamientos, las cesuras, la respiración… Luego vinieron los ensayos, que también necesitaron mucho tiempo. La obra está llena de imágenes y hubo que darles tiempo para que se asentaran en la interpretación. Es una obra de una gran exigencia e Isabelle sólo tiene la luz y el sonido para apoyarse.

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Escena de En Tierra con Isabelle Stoffel.

¿Qué perspectiva tenéis sobre su efecto en el público? ¿Se llega a conseguir?

La obra pone al espectador en la piel de la protagonista, una piloto de caza que, tras su embarazo, es destinada a volar drones. El público vive en presente, con ella, esa experiencia, que es tanto física como mental. Y al tiempo descubre una realidad, la guerra de los drones, sobre la que hay un manto de opacidad, porque en muchos casos son misiones que dependen de los servicios secretos y no tenemos noticia de ellas. La perspectiva de género es importante para que el espectador descubra las implicaciones destructivas, morales y éticas, de esta realidad, porque vemos sus consecuencias sobre la vida doméstica y familiar de la protagonista. El público puede empatizar con el personaje y de hecho entra de lleno en la propuesta.

¿En qué tipo de estado de alarma vive el espectador de En tierra?

Es la alarma de nuestro tiempo. Vivimos el debate entre seguridad y libertad en todos los ámbitos de nuestra existencia. Afganistán o Levi’s Store, todo está vigilado. Es una presión muy grande, sentir el ojo en el cielo. Aunque nos creamos invulnerables en un contenedor refrigerado, sufrimos estrés postraumático como si estuviéramos en el campo de batalla.

Es una presión muy grande, sentir el ojo en el cielo.

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Escena de En tierra con Isabelle Stoffel apuntando al público.

¿La obra evoluciona con el tiempo y el número de actuaciones, tipo de escenario, etc…?

Cada función es una experiencia única. Llevamos más de veinte funciones por toda España y nunca se repite. Es lo grandioso del teatro. Además, Pilar Velasco, que ha hecho el diseño de luz, viaja como técnico de luces con la obra y sabe exprimir de cada teatro lo mejor de su equipamiento para cada función. E igual ocurre con el sonido, que es un espacio sonoro continuo, diseñado por el músico Suso Saiz, y trufado de efectos a lo largo de la obra. La obra crece a cada paso en todos sus aspectos.

11 junio

El día 11 de junio sería el momento para que alumnos y alumnas de Puente Genil se reunieran en el IES Manuel Reina para realizar el homenaje a Las Sinsombrero junto al cantautor Paco Damas que ha musicalizado sus letras.

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Foto: José Antonio Gómez Morillo.

13 junio

En la Plaza Nacional, al lado de La Alianza, en una noche donde el aire soplaba con más brío del habitual se proyectó el documental Entre dos orillas. Concha García habla de La Patagonia «como metáfora de la lejanía, pero que la distancia es una ficción reversible, afirma».

La conoce a través de su palabra, de la poesía y sus poetas; de sus paisajes y nos los presentó en este reportaje que dirige junto a de Bárbara Meyer. En abril de 2011, Bárbara Meyer, junto a la poeta, narradora y ensayista Concha García, emprendieron un viaje por Uruguay y Argentina para realizar un documental sobre seis poetas de ambos países. Se entrevistaron a las poetas Circe Maia, Selva Casal, María del Carmen Colombo, Diana Bellesi, Graciela Cros y Nini Bernardelo.

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Inicio de la proyección con la silueta de la poeta Concha García.

Este estudio sobre la Patagonia no se queda aquí puesto que ha publicado dos antologías de poesía de la Patagonia argentina: Antología de poesía de la Patagonia (2006) y La Frontera Móvil (2015).

CONCHA GARCÍA (ENTRE DOS ORILLAS)

¿Cómo es estar “Entre dos orillas”?

En realidad, siempre estamos entre dos orillas, ¿no? Porque no transitamos solo una realidad sino varias. Metafóricamente dos orillas sería la orilla de lo que hacemos cada día, de nuestra vida cotidiana y la otra orilla sería la imaginación, el viaje, y en este caso, las orillas que yo quise, de alguna forma, reflejar en el documental fueron ambas orillas del río de La Plata.

la orilla de lo que hacemos cada día, de nuestra vida cotidiana y la otra orilla sería la imaginación (…)

La poesía en la Patagonia, ¿como denuncia o como unión?

No, ni una cosa ni otra. Sino como enseñar qué se está haciendo en la Patagonia. Porque como todos sabemos, en Argentina, Buenos Aires ocupa una centralidad muy importante y se relaciona la poesía argentina con la poesía porteña. Y hay mucha más poesía en todo el territorio argentino, por supuesto yo no puedo abarcarlo todo. Imagina que la Patagonia es un territorio con sólo cinco mil kilómetros cuadrados y es la Patagonia argentina, que también está la chilena.

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Proyección de Entre dos orillas en la Plaza Nacional.

¿Cómo realizaste la selección idónea de poetas para la aparición en el documental?

Fue a través de los años. El documental fue el resultado de varios viajes y de varias lecturas. Desde el año 2003, comienzo a ir al Río de La Plata, a las dos orillas—Montevideo-Buenos Aires— voy conociendo a las poetas que entrevistamos de Montevideo en Selva Casal y Circe Maia. En la otra orilla las poetas que más me gustaron, pero que fuesen nacidas a partir de los años cuarenta. Lo que queríamos era mostrar la voz de las mujeres poetas nacidas en los cuarenta y que no habían tenido la visibilidad de sus compañeros poetas masculinos.

¿Cómo fue recorrer Uruguay y Argentina para conocer ambos: países y poetas?

La primera cuestión es la curiosidad, a partir de la curiosidad vas conociendo a gente. Entre las personas que conocí fueron algunos poetas, por ejemplo, Silvia Guerra, nos ayudó mucho en la parte de Uruguay. Y en Uruguay alquilamos un coche y nos fuimos hasta Tacuarembó. Dormíamos en los hoteles que encontrábamos. Fue una aventura. Dicen que en Tacuarembó nació Carlos Gardel. El proyecto fue un proceso que culminó en un documental, pero digamos que ese proceso estuvo cinco o seis años fraguándose.

¿Fue difícil alternar el trabajo con Bárbara Meyer para que el resultado final fuese satisfactorio para ambas?

Hay que reconocer que Bárbara Meyer había llevado toda la parte técnica. En un principio, nos pusimos de acuerdo en la selección de las secuencias. Porque teníamos grabaciones de cada poeta de muchísima duración, una hora, dos horas y la película sólo dura cincuenta minutos. El resto del montaje lo fue haciendo Bárbara Meyer, la música la puso Chefa Alonso y el guión fue mío—en parte, Silvia Guerra, la poeta uruguaya— cada una tenía su cometido. No nos hemos cruzado, cada vez que ella hacía un montaje o un cambio, me lo enseñaba, dábamos el ok y aún todavía estamos perfeccionando la calidad del documental.

Entre las corrientes del río es difícil poner un punto en alguna parte, ahora que hemos cruzado de una orilla a otra aprovecho para encontrarnos de nuevo, una vez más.

 

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