En muchas ocasiones al leer cómics o algún libro con ilustraciones, nos encontramos con las famosas onomatopeyas. Pero ¿qué es una onomatopeya? Siguiendo a Traill (2005), la onomatopeya es una “palabra formada a partir de significantes vinculados estrechamente a la percepción acústica de los sonidos naturales” [3]. Es decir, es la onomatopeya intenta representar por medio de un significante un sonido que no tiene equivalente específico.
Una característica curiosa de las onomatopeyas es que suelen variar de acuerdo con la región en que se originen o el idioma que se hable ¡Inclusive en un mismo idioma existen diferentes onomatopeyas para representar el mismo sonido! Tal es el caso de la onomatopeya del ladrido de un perro, en Colombia se representa como [wa | wa] y en algunas partes de Latinoamérica o España como [wof | wof].
Las diferencias de onomatopeyas de acuerdo con su región geográfica son producto de las variaciones de una lengua producidas durante el proceso de comunicación. Dichas variaciones se dividen en cuatro tipos.
- Las variedades funcionales (diafásicas): Ocurren cuando el hablante selecciona la modalidad lingüística de acuerdo con el medio empleado y la materia abordada. De esta manera, el hablante se adapta a las necesidades del interlocutor.
- Las variedades socioculturales (diastráticas): Estas se deben al nivel cultural del hablante, es decir, al grupo social en que pertenece.
- Las variedades geográficas (diatópicas): Se refiere a los dialectos y son los usos lingüísticos empleados en un territorio determinado.
- Las variedades históricas (diacrónicas): Estas son las características que distinguen a una lengua de acuerdo con el momento histórico.
Es decir, la lengua está en constante cambio conforme al paso del tiempo y esos cambios no sólo están influenciados por las variaciones geográficas. Esto es importante de resaltar, porque las onomatopeyas también son propensas a sufrir dichas variaciones.
Antes de adentrarnos al tema explicaré qué es signo lingüístico, es una entidad biplánica compuesta por un significante y un significado. Por un lado el significante es la representación mental, por otro el significado es el concepto que evoca la mente. Además el signo tiene dos características esenciales: arbitrariedad y linealidad. La arbitrariedad consiste en que no existe una relación entre el significante y su significado, cuando decimos “casa”, la imagen mental que nosotros evocamos no tiene relación directa con su significante: /c/ + /a/ + /s/ + /a/.
La arbitrariedad está presente cuando se trata de la relación que la onomatopeya guarda con su signo lingüístico. Ávila (1997) menciona que la onomatopeya la realizamos con base en una imitación de ciertos sonidos, la cual se relaciona con las costumbres lingüísticas de nuestra propia lengua [1]. La costumbre lingüística se puede entender como el uso cotidiano de una palabra o expresión y esto a su vez conlleva a la aceptación por parte de una comunidad lingüística ¿Por qué decir “quiquiriquí” en vez de “kkokkikko”? La onomatopeya, al ser una expresión que está sujeta a las costumbres lingüísticas, posiblemente llegó a modificarse y de éstas tantas modificaciones resaltó una que era más aceptada por la comunidad.
Por otra parte, entendemos que la finalidad de la onomatopeya es representar gráficamente los sonidos. No obstante, tenemos que tomar en cuenta que está sujeto al hecho de que no en todos los idiomas existen los mismos sonidos, tanto consonánticos como vocálicos. Y a su vez, afecta las posibilidades de combinación que como hablantes podemos ocupar para darle un significante a la onomatopeya.
Esto podemos notarlo en el caso del coreano y el español. En el primer idioma existen diferentes sonidos consonánticos y vocálicos que en el español no. Un ejemplo son las vocales del coreano [ə] y [ɨ], las cuales no tienen un similar en el español y muy frecuentemente son confundidas por la [o] y [u], respectivamente.
De hecho, es dentro de este idioma en el que hay diferentes onomatopeyas que ocupan los dos sonidos y que en el español es un poco más complicado de representarlos.
Situación | Español | Coreano |
Ronquidos | Rr [r̄] | 드르렁 [dɨrɨrəŋ] |
Campanita de una bicicleta | Ring ring [riŋ | riŋ] | 따르릉 [t’arɨrɨŋ] |
Acelerar el motor de un coche | Run run [run | run] | 부릉부릉 [burɨŋ | burɨŋ] |
Aunque, también hay casos donde las onomatopeyas tienen más parecido una de las otras. Tal vez dicho parecido es debido a que son sonidos muy cortos y, en los cuales, los sonidos vocálicos y consonánticos existen en ambos idiomas. Por ejemplo:
Situación | Español | Coreano |
Timbre de una casa | Ding dong | 딩동 [diŋdoŋ] |
Golpeteo a la puerta | Toc toc toc | 똑똑 [t’ok t’ok] |
Es decir, la aparición de una onomatopeya está sujeta a diferentes razones. De las cuales podemos resaltar es que si deseamos dotar a los sonidos de una representación gráfica, los produciremos de acuerdo con los que están disponibles en nuestro repertorio; en caso de que no lo esté, se intentará adaptar a lo más cercano, tal es el caso de un ronquido a “rrr”.
De igual manera, las onomatopeyas estarán sujetas a las variaciones de una lengua, pueden modificarse de acuerdo con el lugar y época en que se encuentren, aun cuando se trate de una misma lengua. Las onomatopeyas siguen su tradición lingüística, es decir, la comunidad las aceptará o las desechará; dependerá de ella para que continúen persistiendo.
Fuentes de consulta
- Ávila, R. (1997). La lengua y los hablantes. Edición Trillas: México. Recuperado el 11 de mayo de 2018 de https://www.academia.edu/6202941/La_lengua_y_los_hablantes_Raul_Avila?
- Centro Virtual Cervantes. Variedad Lingüística. (s.f.). Diccionario de términos clave de ELE. Recuperado el 11 de mayo del 2018 de: https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/variedadlinguistica.htm
- LUNA Traill, E., Vigueras-Ávila, A., y Baez-Pinal, G.E. (2005). Diccionario básico de lingüística, UNAM, México. Recuperado el 11 de mayo de 2018 de: https://docente.ifrn.edu.br/miguellinhares/disciplinas/historia-da-lingua-espanhola/texto-2d-diccionario-4