El término vacuna usualmente se emplea para referirse a la prevención de enfermedades infecciosas causadas por virus o bacterias con el fin de que el cuerpo creé un mecanismo de defensa futuro. Las vacunas funcionan induciendo la formación de efectores llamados anticuerpos capaces de unirse a patógeno o toxinas e impidiendo su invasión en el cuerpo [1].
Pero ¿habías escuchado del uso de vacunas para tratar la adicción a las drogas?
Pues no es algo nuevo, la historia de las vacunas antidrogas empezó hace más de 40 años cuando se buscaba erradicar la adicción a los opiáceos, sin embargo esta alternativa se redujo cuando empezaron a surgir fármacos como la metadona y el para tratar la adiccción a la heroína. Estos medicamentos también han sido descritos por poseer algunos efectos negativos a la salud, así como su elevado costo para el tratamiento de dependencia a drogas.
(…) la historia de las vacunas antidrogas empezó hace más de 40 años cuando se buscaba erradicar la adicción a los opiáceos.
Las vacunas anti-adicciones nuevamente comienzan a estar en la mira con el surgimiento del uso masivo de estimulantes como la cocaína y las metanfetaminas, consideradas las drogas más problemáticas ya que no se tienen tratamientos adecuados o son de un éxito limitado [2]
Está por demás mencionar los efectos adversos que se tienen al abusar de estas sustancias y los métodos para tratar la adicción de las drogas como son las farmacoterapias tradicionales, que buscan inhibir o mimetizar la unión de las drogas en receptores específicos del cerebro. Incluso algunos tratamientos también pueden ser adictivos. Pero las vacunas anti-adicción funcionan de una forma diferente.
¿Qué son las drogas anti-adicción?
Son compuestos que se crean sintetizando un químico derivado de la droga denominado hapteno (es decir una parte de la droga) al cual se le ancla una proteína transportadora altamente inmunogénica que puede desencadenar la formación de anticuerpos para que el organismo bloquee la acción de la droga. Tal es el caso de acoplar el hapteno a partículas de virus para que el cuerpo reconozca este compuesto como un agente infeccioso (Fig.1).
(…) acoplar el hapteno a partículas de virus para que el cuerpo reconozca este compuesto como un agente infeccioso.
Por ejemplo la vacuna contra la adicción a la cocaína está compuesta de moléculas de succinil-norcocaina unidas a una proteína que se deriva de la toxina B del cólera, suspendida en un adyuvante de aluminio [2].

Fig. 1. Partes que componen a una vacuna antidroga. Para la creación de la vacuna se toma una parte de la molécula de una droga en particular, denominada hapteno y se la añade una molécula inmunogénica derivada de virus o bacterias.
¿Cómo funcionan este tipo de vacunas?
Funcionan, como ya se mencionó, elicitando la formación de anticuerpos y bloqueando los efectos farmacológicos de las drogas.
Lo que se pretende es que las vacunas puedan estimular a las células del sistema inmune, es decir a los linfocitos B para que produzcan anticuerpos para una droga específica. Al paciente se le administra la vacuna y posteriormente cuando la droga nuevamente es introducida al torrente sanguíneo, los anticuerpos pueden unirse a la droga y formar moléculas anticuerpo-droga. Estas moléculas son demasiado grandes para cruzar la barrera hematoencefálica, reduciendo así la tasa y cantidad de droga que entra al cerebro.

Fig. 2. Formación de anticuerpos contra drogas. 1. Administración de la vacuna. 2. Viaje de la vacuna en el torrente sanguíneo. 3. Los linfocitos B detectan al compuesto inmunogénico y al hapteno y comienzan a fabricar anticuerpos específicos contra la droga.
Si se le niega la entrada al cerebro, la droga no puede producir el reforzamiento del placer o bienestar que es la principal motivación para continuar con el uso de la droga. De esta forma quien use la droga sin obtener el efecto que espera, tarde o temprano perderá la asociación mental entre la droga y el placer. [2]
(…) tarde o temprano perderá la asociación mental entre la droga y el placer,
Se han desarrollado anticuerpos contra cocaína, nicotina, anfetaminas, fenciclidina, opiáceos y benzodiacepinas. Estos anticuerpos han demostrado eficacia preclínica como antídotos de sobredosis, así como terapias profilácticas para atenuar los efectos de las drogas y como medicamentos que pueden cesar la adicción. Aún se siguen refinando las vacunas para su estudio en clínica, por ejemplo se quiere mejorar los tipos de haptenos, su estabilidad y unión a la molécula acarreadora [3].
El problema es que muchas personas pueden no producir suficientes anticuerpos para responder a una eficacia clínica, pero los que sí lo logran pueden tienen excelentes tasas de abstinencia.

Fig. 3. Forma de acción de las vacunas anti-drogas. Cuando un individuo previamente vacunado contra una droga vuelve a ingerirla, la droga viaja al torrente sanguíneo, el sistema inmune la reconoce y los anticuerpos comienzan a bloquearla. Esta unión de anticuerpos-droga es tan grande que la droga no pasa la barrera hematoencefálica del cerebro impidiendo, de esta forma, su efecto adictivo.
Una vacuna contra la heroína podría ser usada en humanos
Recientemente una vacuna para tratar la heroína podría ser usada en seres humanos después de ensayos exitosos en primates. La vacuna ha sido desarrollada por investigadores del Scripps Research Institute (TSRI) de Estados Unidos (que han trabajado desde hace 8 años en vacunas candidatas) y lo que hace es bloquear la acción de la heroína hasta por 8 meses después de ser administrada. Se trata de la primera vacuna contra un opioide que supera la prueba de laboratorio.
Como ya se describió anteriormente, esta vacuna le enseña al sistema inmune a producir anticuerpos contra la heroína (al exponer parte de la molécula) y los productos psicoactivos que producen. Así cuando la heroína es introducida al cuerpo, nuevamente se crean anticuerpos que la unirán y neutralizarán. Los monos Rhesus, en los que se probó esta vacuna, no siente la euforia de la heroína porque las moléculas son bloqueadas antes de que entren al cerebro [4, 5].
(…) no siente la euforia de la heroína porque las moléculas son bloqueadas antes de que entren al cerebro.
El uso de vacunas contra las drogas o inmunofarmacoterapía se considera una alternativa valiosa para tratar las adicciones ya que no produce los efectos neurológicos no deseados o deficiencia cognitiva provocada por otros medicamentos antiadicciones, lo que resulta relevante para el paciente que se abstiene del uso de drogas. El uso de este tipo de vacunas puede ser usado tanto para conferir inmunidad a largo plazo o como medio de desintoxicación.
Sin embargo una cuestión que surge es: si las personas con este tipo de dependencia física a una sustancia no encuentran el bienestar, placer o eliminación de la ansiedad esperado al usar la droga, gracias a la eficiencia de la vacuna… ¿puedan buscar otra sustancia que SÍ lo haga?
Recuerden que cada vacuna es específica para una droga. Así que, una alternativa desde la perspectiva bioquímica, aunque de gran ayuda, no es suficiente ni la solución definitiva.
GLOSARIO
Barrera hematoencefálica. Barrera que existe entre los vasos sanguíneos y el cerebro. Es una barrera selectiva que permite el paso de nutrientes, pero no de toxinas que puedan dañar el cerebro. Muchas drogas pueden fácilmente pasar esta barrera.
Hapteno. Sustancia química pequeña que por sí sola no puede desencadenar la respuesta del sistema inmune, sino hasta que se asocia con una proteína transportadora.
Linfocito B. Célula esencial en el sistema inmune adaptativo. Sus funciones son: fabricar anticuerpos contra antígenos (compuestos extraños que entran al organismo) y transformarse en células de memoria B después de ser activados por la interacción con el antígeno.
Opioide. Drogas que actúan en el sistema nervioso para aliviar el dolor. Ejemplos son la heroína y la morfina.
Succinil norcocaina. Molécula parecida a la cocaína que puede manipularse para su anclaje en la molécula acarreadora durante la creación de vacunas anti-drogas.
Fuentes de consulta
[1] Siegrist C. Vaccine immunology Disponible en http://www.who.int/immunization/documents/Elsevier_Vaccine_immunology.pdf. Fecha de consulta: 7de junio 2017
[2] Shen X, et al., 2012. Vaccines Against Drug Abuse. Nature review. 91(1):60-70.
[3] Janda K. & J. Treweek 2011. Vaccines targeting drugs of abuse: is the glass half-empty or half-full? Nature review Inmunology 12: 67-72
[4] ScienceDaily. TSRI anti-heroin vaccine found effective in non-human primates. Disponible en https://www.sciencedaily.com/releases/2017/06/170606135738.htm. Fecha de consulta: 9 de junio 2017
[5] Bremer P. et al., 2017. Development of a Clinically Viable Heroin Vaccine. Journal of the American Chemical Society. 139 (25), pp 8601–8611