Deshiré, una reumatóloga e investigadora comprometida con la ciencia

Deshiré es una reumatóloga con un Doctorado en Ciencias Médicas por la Universidad de Ginebra. Actualmente es Investigadora Nacional Nivel 1 y es jefa responsable de la Unidad de Investigación del Colegio Mexicano de Reumatología. Sus principales intereses de investigación incluyen factores de riesgo ambientales, reproductivos femeninos, microbiota y fases preclínicas de enfermedades reumáticas, particularmente artritis reumatoide. 

Flor (F): Deshiré, es un gusto contar contigo en el blog Mexicanas al Grito de Ciencia. Agradecemos mucho tu participación. Lo primero que te preguntaría es, ¿en qué consiste tu trabajo actual? y ¿por qué la reumatología es importante?

Deshiré (D): Hola Flor, muchas gracias por invitarme a esta entrevista. Mi trabajo actual consiste en coordinar las actividades de la Unidad de Investigación del Colegio Mexicano de Reumatología. La misión de la Unidad de Investigación es promover la investigación de calidad en reumatología en México. Apoyar, proponer, coordinar, y difundir proyectos de investigación colaborativa, así como promover y organizar formación en investigación. La reumatología es una especialidad de la Medicina Interna muy importante ya que estudia las enfermedades autoinmunes y enfermedades musculoesqueléticas. Las enfermedades reumáticas más comunes, como la osteoartritis o la artritis reumatoide, son crónicas, tienen una progresión variable y en ocasiones, a pesar del tratamiento médico, pueden causar discapacidad.

F: ¿Qué te motivó a elegir una profesión relacionada con la ciencia? Y en esta área, ¿has sufrido alguna discriminación por ser mujer?

D: Mi motivación fueron los pacientes. Las preguntas que ellos se hacen son las mismas que nos hacemos los investigadores clínicos: “¿por qué tengo la enfermedad?, si alguien en la familia tiene la enfermedad, ¿es posible que yo la desarrolle?, ¿por qué es más común el lupus en mujeres?, ¿qué tratamiento es el más eficaz para manejar mi dolor?, ¿el tratamiento tiene efectos adversos?” Estas y muchas más preguntas son la inspiración de un investigador clínico. Lo que más me motivó es que en reumatología no tenemos respuestas a estas preguntas o solamente tenemos respuestas parciales a muchas de ellas. En cuanto a la discriminación, en mi caso no me he sentido discriminada, me he sentido apoyada por cada uno de mis maestros o mentores. Creo que las mujeres hemos abierto mucho camino en la investigación clínica. 

F: Cuéntanos de tu trayectoria profesional, empezaste como médico cirujano, después la especialidad y luego un posgrado en Ciencias, ¿cómo o por qué decides pasar del área clínica a la investigación?

D: Cuando hice mi internado tuve la oportunidad de elegir ciertas rotaciones y elegí reumatología en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición. Ahí conocí al que sería posteriormente mi tutor en el servicio social de investigación, el Dr. Sánchez Guerrero y a la Dra. Juanita Romero-Diaz. Ellos definitivamente me introdujeron a la investigación clínica, la epidemiología, la bioestadística y la reumatología. Después del servicio social, mi meta estuvo bien definida: quería ser reumatóloga y hacer investigación clínica. Sin embargo, el camino no siempre es en línea recta, dos años después me diagnosticaron cáncer de mama y eso fue un gran desafío inesperado. Aunque estoy convencida que el tener esa meta de hacer investigación me ayudó en cierta manera a enfrentar ese maremoto que viene con el cáncer. En cierta medida, mi amor por la ciencia fue como mi salvavidas y me mantuvo a flote y enfocada. Entonces, terminé la especialidad de Medicina Interna y apliqué a reumatología sin dudarlo.

F: Sin duda no has tenido un camino fácil, Deshiré. Todo mi respeto y admiración hacia ti. Respecto al Doctorado que hiciste en Ginebra, suena muy interesante, ¿por qué en ese país y cómo fue tu experiencia?, ¿cuál dirías que fue el mayor reto y/o la mejor anécdota estando allá?

D: En mi último año de residencia de reumatología, hice un estudio de investigación en pacientes con lupus que incluyó a más de 900 pacientes. Teníamos mucha información y mis tutores consiguieron una colaboración con un estadista que estaba en la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra y surgió la oportunidad de realizar una estancia en la OMS por 3 meses. Llevé mis datos al Dr. Seuc, un excelente estadista, me enseñó y ayudó a hacer el manejo de datos y el análisis estadístico para determinar la edad a la menopausia de pacientes con lupus por diferentes métodos y me introdujo al software R. El resultado de ese análisis fue mi primera publicación de investigación clínica. Estando en Ginebra me enamoré de todo, del lago, la vida tranquila, la diversidad de la gente. Y me enteré que existía la Beca de la Confederación Suiza, que recomiendo ampliamente. Me entrevisté con el que sería mi tutor de doctorado, el Prof. Axel Finckh, elaboramos una propuesta de proyecto, cubrí todos los requisitos, apliqué y al siguiente año estaba en Ginebra haciendo el doctorado. Antes de irme a Ginebra, tomé cursos de francés intensivo y al llegar me enfrenté con el reto de tomar clases en francés de investigación clínica y estadística, pero también algunas clases en inglés. La Universidad de Ginebra ofrece cursos de francés gratuitos para los estudiantes internacionales con beca y eso fue una gran ayuda para aprender mejor el idioma. Ginebra es muy caro, pero el ser becario de la Confederación tiene muchos beneficios, entre los cuales está poder vivir en las residencias universitarias, que son la opción más barata de renta. El mayor reto fue adaptarme a la cultura, al principio me sentía totalmente ajena y en un mundo extraño. Sin embargo, poco a poco fui haciendo amigos y comencé a conocer a mis colegas, a tal punto que ahora siento que parte de mi corazón se quedó en Ginebra. Algo importante fue mi relación con mi tutor o supervisor de doctorado, creo que eso es clave para cualquier estudiante de doctorado. Puedo decir que tuve un gran tutor, que me motivaba, guiaba y corregía también cuando lo necesitaba. Algo que también le agradezco, además de todo lo que me enseñó en relación a investigación clínica, redacción científica, networking, etc., es que me motivó a empezar a correr, literalmente “correr”. Cuando llegué el primer día al Hospital Universitario de Ginebra me dijo que todos participarían en una carrera de casi 5 km en diciembre, que se llama “L’escalade”. Yo en mi vida había corrido y menos en el frío, poco a poco comencé a correr y al final me volví adicta. Corrí L’escalade, luego 10 kms, medio maratón y el maratón completo en mi tercer año de doctorado. Llegando a México ha sido un poco más difícil correr, pero cada que se da la oportunidad, corro. Correr es la adicción que adquirí en Ginebra. 

F: Qué bonita experiencia. En cuanto a investigación, ¿nos platicarías de la contribución científica que tú hayas realizado/dirigido y que consideres más relevante? Aunado a esto te preguntaría, ¿qué consideras que falta en México para que se tome en cuenta a los pacientes de enfermedades reumáticas? y ¿la investigación en esta área es suficiente? 

D: Respecto a lupus eritematoso sistémico, la contribución ha sido describir que las pacientes con lupus cursan una menopausia a una edad similar a la población general y que la prevalencia de falla ovárica prematura, en ausencia de tratamiento con ciclofosfamida, también es similar a la población general. En artritis reumatoide (AR), en mi trabajo en Suiza, exploré y revisé factores de riesgo, principalmente ambientales, que pueden conducir al desarrollo de AR. Describí el papel de los factores hormonales femeninos en el desarrollo y en la progresión de la AR. En un estudio se describió que especies de bacterias del género Prevotella son abundantes en la microbiota fecal de individuos en etapas pre-clínicas de artritis reumatoide, antes de la aparición de la enfermedad. Estos hallazgos sugieren un papel de la disbiosis en el desarrollo de AR. 

Creo que en México es necesario empoderar a los pacientes con enfermedades reumáticas. Un paciente informado y preparado toma las mejores decisiones y también puede exigir lo necesario para su adecuado tratamiento. También fomentar que los pacientes participen en el desarrollo de proyectos de investigación y así darles voz y voto. Definitivamente, la investigación en enfermedades reumáticas no es suficiente en México. Es necesario fomentar la investigación, facilitar también la creación de registros nacionales de enfermedades crónicas, incluyendo las reumáticas. Falta información sobre prevalencia e incidencia, ya que en las encuestas nacionales se incluyen ciertas enfermedades, pero no las reumáticas. Para realizar estos proyectos, se necesita apoyo económico y recursos humanos que sean parte de un equipo multidisciplinario, incluídos epidemiólogos, que se enfoquen al estudio de enfermedades reumáticas, especialistas de datos, estadistas, sociólogos, psicólogos, especialistas en rehabilitación, antropólogos médicos, etc. 

F: Cuentas con un currículum amplio, además de varias publicaciones científicas, ¿cómo describirías tu trayectoria profesional hasta este momento? y ¿qué nuevas metas o proyectos tienes?

D: Ha sido un camino largo, no siempre fácil, pero estoy muy agradecida por cada etapa y lo volvería a hacer sin duda. Actualmente mi meta es fomentar la investigación colaborativa y multidisciplinaria en reumatología en México, porque es mucho de lo que vi en Europa y que he visto funcionar. La colaboración genera frutos, no es fácil, lleva tiempo y puede haber resistencia al compartir con el otro información y/o recursos para lograr un beneficio común; sin embargo, espero poder contribuir a facilitar esto. También fomentar colaboraciones entre países en desarrollo. Mi esposo es de Sudáfrica y vivimos un poco más de un año allá antes de venir a México y me di cuenta de que en Sudáfrica los reumatólogos y pacientes con enfermedades reumáticas también tienen muchas necesidades, algunas diferentes, pero tenemos muchas cosas en común. Estando en Sudáfrica, tuve la suerte de cosupervisar la tesis de maestría de la primera reumatóloga en Mozambique, eso significa que antes de ella, no había ningún reumatólogo en un país entero y eso es difícil de entender. A veces, parece que no vivimos en un único mundo, sino que el mundo está fraccionado y hay escenarios muy distintos dependiendo de la economía de la región donde vivimos. Me gustaría seguir investigando, sobre todo, enfocada en las etapas preclínicas de AR y, si es posible, lupus. Además, seguir investigando sobre factores de riesgo para desarrollar estas enfermedades. Prevenir es mejor que curar y en el caso de enfermedades como AR y lupus, el curar no es una opción, en la actualidad los reumatólogos sólo controlamos la enfermedad y si pudiéramos prevenirla sería magnífico. Como ejemplo, el tabaquismo se ha descrito como factor de riesgo para desarrollar AR, si se demuestra de manera contundente que el suspender tabaquismo en personas con alto de riesgo de desarrollar artritis reumatoide pudiera prevenir la enfermedad, podríamos prevenir años de dolor, tratamiento y discapacidad. También quisiera trabajar en proyectos relacionados con la salud global, para estudiar el efecto de factores socio-económicos en la progresión de enfermedades y desenlaces clínicos. 

F: Con base en tu experiencia, ¿qué le dirías a las niñas o jóvenes que pudieran estar leyendo esta entrevista y que tienen la inquietud de dedicarse a algo relacionado con la ciencia?

D: El hacer ciencia no es un camino fácil, pero es un camino lleno de satisfacciones. La investigación no tiene fronteras, te da alas, te obliga a aprender idiomas, a conocer tus límites, a adaptarte y te puede llevar a lugares que nunca imaginaste. La ciencia está llena de tropiezos, pero también de pasos hacia adelante o de personas que te dan la mano.  Además, la ciencia puede salvar vidas, incluida la propia, porque tener objetivos y metas, te hace resiliente y te obliga a no rendirte en tus proyectos, ni en la vida.  

F:  Como parte de una dinámica a las entrevistadas, tengo dos preguntas más, primero, si pudieras tener un súper poder, ¿cuál sería y para qué? Y segundo, en el caso hipotético de que contaras con recursos económicos ilimitados, ¿qué cosas harías?

D: ¡Teletransportarme! Para poder estar haciendo investigación en un lado del mundo y dormir o vivir en México. Si tuviera recursos ilimitados, crearía un registro mundial de enfermedades reumáticas en el que todos los reumatólogos del mundo pudieran ingresar información de pacientes y en el que se aplique inteligencia artificial. 

F: Muchas gracias por tu tiempo y por compartir parte de tu experiencia de vida que es muy valiosa. ¿Algún comentario que quieras agregar?

D: Quisiera invitar a todos a conocer más sobre investigación clínica. Hay muchas cosas que no sabemos sobre enfermedades crónicas, incluyendo las enfermedades reumáticas y que este tipo de investigación nos ayuda a contestar. La información que aporta la investigación clínica, no es sólo informativa, sino que ayuda a tomar decisiones clínicas, decisiones políticas y económicas en salud. 

**Este texto fue publicado por primera vez el 7 de junio de 2021 en el sitio web extinto http://www.cientificasmexicanas.com, como parte del blog “Mexicanas al Grito de Ciencia“ creado por la entonces asociación de mujeres científicas llamada Científicas Mexicanas, que se mantuvo activo de Junio de 2020 a Junio de 2022. En el 2024 decidimos fusionar esfuerzos y una parte del equipo de trabajo decidió sumarse a la Tripulación de Prisma para seguir navegando, gracias por su comprensión y apoyo

Ilustradora: Vasti Thamara Juarez Gonzalez

Autora

M en BE Flor Trinidad Sánchez Brena es candidata a Dra. en Ciencias Biomédicas por la UNAM. La Lic. y Maestría en Biología Experimental por la UAM-I. Trabaja con la comunicación celular mediada por exosomas y le gustan todas las formas de expresión humana.

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