Mariana, una investigadora apasionada de las neurociencias

Mariana es originaria de la Ciudad de Toluca, México. En 2012 estableció su propio grupo de trabajo en la Universidad de Southampton, Reino Unido y actualmente tiene a su cargo cuatro alumnos de doctorado. Su investigación se enfoca en la plasticidad neuronal y sus cambios en la demencia. Mariana también ha sido directora de la red de investigadores de la enfermedad de Alzheimer en el sur de Inglaterra (Alzheimer ‘s Research UK South Coast Network, 2018-2020). Una de sus labores es promover la interacción entre científicos en formación, como estudiantes de doctorado  y postdocs y  la calidad científica, para lo que propone la buena comunicación entre supervisores y estudiantes. Además difunde estrategias de salud mental, porque está consciente que estos factores pueden afectar el desempeño y la salud de los investigadores. Tiene dos hijas y en su tiempo libre disfruta de escribir narrativa, hacer caligrafía moderna, correr y jugar squash.

Brenda (B). Hola Mariana, muchas gracias por concedernos esta entrevista, estamos convencidas que tu experiencia será de gran interés para nuestros lectoresPrimero, ¿podrías contarnos por qué decidiste dedicarte a la ciencia y posteriormente especializarte en el área de neurociencias? ¿Cuáles fueron tus motivaciones?

Mariana (M): Cuando descubrí la ciencia en la primaria, me enamoré de ella. Todos los conceptos científicos me cautivaron. Desde el método científico hasta los pequeños experimentos, ¡como el de germinar frijolitos adentro de bolitas de algodón! Me llenaban de preguntas. Recuerdo cuando nos pidieron traer ‘agua de florero de panteón’ y vimos microorganismos en un microscopio: ¡fue como mirar hacia otro universo! Desde entonces, las células despertaron mi curiosidad y quise aprender más. Estudié biología por esta razón y me encantó poder aprender tanto, pero a la vez me di cuenta de que hay todavía muchas preguntas sin resolver. En una ocasión, mi facultad organizó una visita al Instituto de Fisiología Celular en la UNAM y en esa visita decidí contactar a varios laboratorios de investigación para buscar oportunidades de hacer mi servicio social y mi tesis. Un laboratorio de neurociencia me interesó muchísimo, ya que podría estudiar la comunicación entre neuronas con métodos fisiológicos, y el jefe del laboratorio, el Dr. Francisco Fernandez-de-Miguel, me ofreció la oportunidad de trabajar en su grupo. Fue ahí donde tuve mi primer entrenamiento como científica y donde conocí la electrofisiología, la cual es mi especialidad. Aprendí muchísimo. Ahí, descubrí que me encantaba hacer investigación y quise conocer más sobre las neurociencias y experimentar el proceso de hacer un doctorado y generar nuevo conocimiento.

Cuando descubrí la ciencia en la primaria, me enamoré de ella. Todos los conceptos científicos me cautivaron. Desde el método científico hasta los pequeños experimentos…

B. Platícanos un poco sobre tus estudios de posgrado en el extranjero ¿Por qué tomaste la decisión de estudiar en Reino Unido? ¿Qué consejos les daría a las jóvenes que desean estudiar en ese país respecto a las becas, el idioma, las costumbres o, incluso, el  trato con las personas?

M.  La idea de hacer un posgrado en el extranjero me atrajo mucho, por conocer otros países y hablar otro idioma. El Reino Unido tiene una gran tradición, no solo histórica, en el área de las neurociencias. El laboratorio del Dr. Hugh Robinson en la Universidad de Cambridge me llamó mucho la atención por su tema de enfoque: ¿cómo integran las neuronas toda la información que reciben? Para aquellos/as que quieran estudiar en este país, les puedo decir que el sistema de posgrado está muy bien y ha sido estandarizado en las últimas décadas. Además de tu supervisor, tienes un comité que está al pendiente de tu progreso y te da retroalimentación, al menos una vez al año, y se espera que los estudiantes terminen el doctorado en 4 años. Existen becas totales o parciales para estudiantes internacionales, que en ocasiones complementan muy bien las becas CONACyT. Del idioma, podría decirles que yo empecé a aprender inglés de lleno a los 18 años y que, durante la carrera de biología, mi mayor modo de estudio fue leer artículos científicos en inglés. Definitivamente es esencial practicar en todo momento, en todos los aspectos (lectura, escritura, etc.), para dominarlo y prepararse bien para los exámenes, por ejemplo el IELTS, que es requisito para admisión en las universidades británicas. El ambiente universitario siempre será multicultural; por lo tanto, es fácil adaptarse. Me parece importante también formar parte de la comunidad a donde quiera que vayas y no mantenerse al margen. 

B. ¿Tienes alguna anécdota durante tu época de estudiante que te gustaría compartirnos? 

M. Cuando dí mi seminario de segundo año de doctorado, me sentí halagada de que el Prof. Andrew Huxley, galardonado con el premio Nobel, vino a mi presentación sobre mi análisis experimental de la actividad de canales iónicos tipo NMDA durante la actividad neuronal. Durante mi presentación, tuve que mencionar su nombre porque para entender las consecuencias fisiológicas de mi resultado experimental, hicimos un análisis donde incluimos simulaciones numéricas, que contenían las ecuaciones que Hodgkin y Huxley desarrollaron en su trabajo ganador del premio Nobel. Me hizo una pregunta y me sentí halagada que anotara algo en su libreta durante mi presentación y durante mi respuesta. 

B. ¡Eso debió ser muy emocionante! Y sabemos que una de las mayores aspiraciones de los científicos es tener su propia línea de investigación. Entonces ¿podrías platicarnos sobre el camino que recorriste para establecer tu propio grupo de trabajo y, sobre todo, en otro país? ¿Ha sido una trayectoria complicada? 

M. Cuando miro hacia atrás, puedo ver que sí, ha sido una trayectoria larga con sus momentos difíciles, pero no cambiaría los pasos que he dado. Diría que todo comenzó con la elección de ser bióloga, seguida de hacer mi tesis en la UNAM. El paso que di después, fue definitivamente uno de los más importantes: hacer mi posgrado en la Universidad de Cambridge. La transición de ser estudiante de licenciatura a llenar todos los requisitos para ir a Cambridge con pocos recursos, fue la parte más difícil de todo el proceso. El apoyo que me proporcionó la profesora Myrna Dent fue determinante para lograrlo. De ahí, hacer el doctorado, requirió mucha disciplina, organización y buena comunicación con mi supervisor, el Dr. Hugh Robinson.

Una fellowship de la Wellcome Trust, me permitió hacer postdoctorados y me dio bastante flexibilidad. Con este apoyo, pude pasar un año en Berkeley; sin embargo, después de ser co-autora de un artículo, decidí mudarme a Toronto para reunirme con mi pareja (también científico, astrónomo). En Toronto, trabajé en el equipo del Prof. Mike Salter y aprendí muchísimo sobre el papel de los receptores NMDA en la regulación del dolor. Mi pareja y yo nos mudamos a Oxford, con apoyo de fellowships y vivimos ahí por 5 años y ahí tuvimos a nuestras dos hijas. 

Cuando estaba embarazada de mi segunda hija, vi un anuncio de una posición tenure track en la Universidad de Southampton. Aunque estaba bastante a gusto como postdoc en el laboratorio del Prof. Ole Paulsen, pensé que ésta sería una buena posibilidad para independizarme y, además, tenía buenas posibilidades de conseguir la posición, ya que había publicado en el área de estudio de la Enfermedad de Alzheimer y era experta en el área de electrofisiología usando ratones como modelo biológico. Esto llenaba un nicho que no existía en la Universidad de Southampton. Aunque la entrevista sería a mis 32 semanas de embarazo, solicité y fui invitada a entrevista. Durante la entrevista pedí, si era posible, que me esperaran un año para empezar y la respuesta fue positiva. Mi esposo pudo mover su fellowship a Southampton y negociar una posición permanente a partir de ello. Me parece que este cambio también fue crucial en mi carrera. El poder encontrar dos posiciones académicas en el mismo lugar es un gran problema al que se enfrentan las parejas con dos carreras científicas. La flexibilidad y el apoyo mutuo son esenciales para encontrar una solución para ambas personas.

…todo comenzó con la elección de ser bióloga, seguida de hacer mi tesis en la UNAM. El paso que di después, fue definitivamente uno de los más importantes: hacer mi posgrado en la Universidad de Cambridge.

B. ¿Qué recomendaciones les darías a las jóvenes científicas que recientemente comienzan su carrera para establecer su propio grupo de investigación?

M. Primero que nada, felicitarlas por ser científicas y desear algo tan emprendedor. Es importante considerar que hay bastante competencia para las becas y las posiciones de investigación académica. Estadísticas de la década pasada muestran que en el Reino Unido, de aquellos que se graduaron con un doctorado en ciencia, 1 de cada 20 consigue una posición académica a largo plazo. Sin embargo, la competencia también existirá en otras áreas de trabajo. También, es esencial reconocer que la mayoría de las posiciones académicas irán acompañadas de requerimientos para enseñanza y administración; por ejemplo, en el Reino Unido, las posiciones de investigación académica conllevan 40% de investigación, 40% de enseñanza y 20% de administración. Por lo tanto, es importante estar segura si este trabajo satisface tus objetivos profesionales y personales. Además de enseñar ciencia básica y razonamiento científico a las nuevas generaciones, entrenar estudiantes de posgrado y postdocs es mi especialidad. Lo que más disfruto de ser investigadora académica es la libertad de elegir temas interesantes e identificar áreas de conocimiento a las que puedo contribuir con mi investigación. Además de todo lo ya mencionado, me parece que es necesario enfatizar lo siguiente para aquellas aspirantes a ser investigadora: recuerda que la decisión de emprender este camino es tuya.

B. Podrías contarnos un poco sobre la relevancia de estudiar la enfermedad de Alzheimer  ¿qué la diferencia de otras enfermedades neurodegenerativas?

M. Las enfermedades neurodegenerativas son un gran problema en nuestra sociedad, ya que son crónicas y los pacientes requieren cuidado constante y, por lo tanto, afectan muchos años de vida tanto de los pacientes como de sus cuidadores. La mayoría de los casos de demencia son por la enfermedad de Alzheimer (60-70% de todos los casos) y en parte, esta es la razón por la cual me he enfocado en esta enfermedad. Como el mayor factor de riesgo es la edad avanzada, esta enfermedad se está volviendo más prevalente a medida que la esperanza de vida aumenta en la población. A pesar de que conocemos más sobre sus mecanismos, aún no existe una terapia que pueda alargar el tiempo de vida de los pacientes o darles más tiempo para mantener sus habilidades cognitivas, como la memoria.  Entonces es urgente hacer investigaciones que avancen hacia clarificar blancos terapéuticos. El estudio de los mecanismos básicos de la enfermedad de Alzheimer también puede aplicarse al entendimiento de otras enfermedades neurodegenerativas. Por ejemplo, al estudiar cómo la proteína tau es transmitida a través de circuitos neuronales conectados, quizás pueda contribuir al entendimiento de la demencia frontotemporal, o al estudiar cómo mueren las neuronas por excitotoxicidad mediada por receptores tipo NMDA en células humanas, quizá permita entender mejor cómo es afectada la plasticidad sináptica después de una embolia isquémica cerebral.

Lo que más disfruto de ser investigadora académica es la libertad de elegir temas interesantes e identificar áreas de conocimiento a las que puedo contribuir con mi investigación.

B. ¿Y qué opinas sobre el estudio de esta enfermedad en México? ¿Crees que en el país hay suficientes estudios sobre ella?

M. En México hay excelentes investigadores en el área de Alzheimer, desde el nivel de ciencia básica hasta estudios clínicos. Me parece que a nivel mundial no hay suficientes estudios sobre esta enfermedad, a pesar de que fue descubierta hace más de 100 años. Una búsqueda en PubMed, con los términos ‘Alzheimer’ y ‘COVID-19’ muestra 183,923 para el primero y, 149,078 artículos para el segundo (27 Jun, 2021). Aunque obviamente los mecanismos de estas dos enfermedades son muy distintos, algo que es evidente es que, cuando los gobiernos, la investigación académica y la industria trabajan en conjunto con suficientes recursos, se puede avanzar mucho más rápido para entender las causas y las posibles terapias de las enfermedades y/o cómo prevenirlas. En Inglaterra, la asociación de ARUK logró con una campaña a nivel nacional que el gobierno subiera su inversión en investigación, al 0.6% del costo que esta enfermedad impone al país. Sin embargo, la campaña sigue, porque como mínimo se necesita un 1% para lograr financiar estudios básicos y clínicos que logren avanzar la búsqueda hacia una terapia exitosa de la enfermedad. 

B. Dada tu amplia trayectoria académica ¿Cuál crees que ha sido tu mayor logro científico?

M. En la enfermedad de Alzheimer, las moléculas beta-amiloide y tau son responsables de la patología que vemos en estos cerebros y también, son responsables de causar disfunción de las neuronas. Antes se pensaba que estas dos moléculas actuaban independientemente. En 2011, dirigí un estudio (Shipton et al., 2011) en el cual  demostramos que el beta-amiloide necesita la presencia de la proteína tau para destruir la plasticidad neuronal en neuronas de ratones. Mis estudios, junto con otros de la misma época, han formado la base de la propuesta actual de que ambas moléculas interactúan para causar disfunción y muerte celular. 

B. Y pensando a futuro ¿cuál es tu mayor anhelo o sueño en tu área de investigación? ¿Qué te gustaría lograr posteriormente con tus estudios?

M. En mi trabajo actual, me ha interesado el hecho de que muchas terapias que funcionan en ratones, no funcionan en ensayos clínicos en humanos. He trabajado con neuronas humanas con el interés de entender las diferencias entre ratón y humano que pueden explicar estas fallas. Con estos análisis, recientemente descubrimos que existe un tipo especial de receptores NMDA específico en humanos y primates (Warming et al. 2019). Estos receptores contienen una isoforma llamada GluN2A-S, que es muy abundante en el cerebro humano, y no se había estudiado antes. Me encantaría descubrir más sobre ésta y otras proteínas presentes en neuronas humanas y su papel en la función neuronal normal, así como su función en las enfermedades neurodegenerativas. Anhelo que estos descubrimientos puedan ayudar a incrementar el éxito de las pruebas clínicas en humanos. Así mismo, me gustaría descubrir más características de las conexiones sinápticas y su plasticidad en humanos. También es importante para mi el hecho de que en este proceso, entrenaré a muchos nuevos talentos científicos.

B. Para finalizar ¿cómo te definirías en tres palabras?

M. Mariana, Humana, Científica

B. ¿Algo más que te gustaría agregar?

M. Les extiendo una invitación para que nos sigan en la página de instagram de mi laboratorio http://@vargas.caballero.lab o https://www.instagram.com/vargas.caballero.lab/. No solo ponemos información relacionada con nuestra investigación, sino sobre el día a día de ser científica/científico, sobre salud mental en la academia, y también por este medio anunciamos cuando tenemos oportunidades de apoyo para estudiantes de doctorado o para postdoctorantes. 

**Este texto fue publicado por primera vez el 18 de junio de 2021 en el sitio web extinto http://www.cientificasmexicanas.com, como parte del blog “Mexicanas al Grito de Ciencia“ creado por la entonces asociación de mujeres científicas llamada Científicas Mexicanas, que se mantuvo activo de Junio de 2020 a Junio de 2022. En el 2024 decidimos fusionar esfuerzos y una parte del equipo de trabajo decidió sumarse a la Tripulación de Prisma para seguir navegando, gracias por su comprensión y apoyo


Brenda López

Bióloga egresada de FES-I, investigadora enfocada en el área de biologia del desarrollo de plantas especialmente cactáceas y crasulaceas.

Una respuesta a “Mariana, una investigadora apasionada de las neurociencias

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